miércoles, 11 de diciembre de 2019

Acabando el 2019



¡¡Buenas!! Tercera entrada del año e imagino que última. Lo bueno de hacer tan pocas es que cada una de ellas va bien cargadita y así parece que hago mucho más de lo que hago en realidad. Me resisto a abandonar el blog, no sé. Lo uso como depositario de las fotos y de la información de los trabajos que voy haciendo. Aunque poca distancia hay entre el abandono y la relación que tenemos él y yo. 
Vamos al lío. En verano normalmente aprovecho para darle caña a los proyectos costuriles, pero este año no ha sido así. Ha sido un verano raro, lo tengo como en una nebulosa extraña. Pasa tan rápido el tiempo últimamente – y cada vez más- que en ocasiones no alcanzo a saborear, arraigar, recordar los momentos. No creo haber podido arrancar ninguno de los proyectos de costura que tenía planeados, algunos ya a medias desde tiempos inmemoriales. Lo único que he hecho ha sido forrar uno de esos cubos enormes de Ikea, que compré para meter lana, pensando ya en el Barcelona Knits festival,


y remendar algunos tejanos que empezaban a mostrar la huella del paso del tiempo. Aquí os enseño una parte de uno de ellos.
En el ámbito de la tejedera, este año he participado en varios kales. Por ejemplo, en el que organizó Belén de Tejer en inglés, para tejer su chal Andecha. Este tan enorme, con lanas rústicas de Portugal en su mayor parte, se fue a New Jersey, a cubrir los hombros y el cuello de una amiga. Eso quiere decir que no pude participar en la foto de grupo con todos los Andecha que se hizo en Barcelona knits.


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Otro kal en el que participé fue el Boylandista, organizado por VanessaPellissa. Pensaba tejer sólo este chal, que me encanta, para regalárselo a una amiga que se mudaba a vivir a climas más fríos. Quedó tan bonito que no descarto tejer otro para mí.




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Y me sobró tiempo, así que me animé y me tejí el Ingalls. Me lo pongo un montón.




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Desde la revista Laine se organiza un kal que tiene lugar a lo largo de todo el año en el que se puede tejer cualquiera de los patrones de cualquiera de sus números. Yo tejí este chal, que también acabó en New Jersey en manos de otra amiga,




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También tejí estos calcetines para el mismo kal. Me quedaron grandes y se los ha agenciado mi marido.
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Y el último de los kales en que participé fue la Kraemaratón, también organizado por Vanessa Pellissa. El jersey Seashore, que cuando lo acabé era como “Meh, no mola mucho” y desde el primer día que me lo puse es en plan “no me lo quitaría”. Tampoco llegué con éste a hacerme la foto de grupo en el festival con la mismísima Isabell Kraemer porque me coincidía con algo, no recuerdo el qué.





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Con los restos del Fade point que os enseñaba aquí y haciendo también un difuminado entre colores me hice estos manguitos rectos, pensados par los días en que llevo mangas Jackie y se me quedan los bracillos sin nada entre la piel y el abrigo. Una muy buena idea.

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Hace tiempo que tenía estos linos en casa y no les encontraba uso. Cantidades pequeñas insuficientes para ninguna prenda, en realidad para nada. Decidí combinarlos y hacer un bolso veraniego. La única pega es que suelta pelusilla y no lo puedo usar con ropa oscura. Pero es muy bonito.
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Un día de verano me levanté con la idea de que necesitaba una (otra) chaquetilla. Me fui a Miss Kits, compré unos ovillos y me puse a tejer sin patrón alguno. El resultado lo veis aquí. La usé bastante durante el verano.


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El cardigan Carbeth, de Kate Davis, estaba desde hace tiempo en mi lista. Compré sus lanas y lo hice. Excesivamente calentito para nuestros climas, pero ya le voy encontrando las ocasiones para lucirlo.

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No sé si conocéis los diseños de Espace Tricot, una tienda de Montréal que publica patrones gratuitos bastante bonitos, al menos a mí me lo parecen. Vi un jersey que me pareció precioso, con cuatro colores. Yo decidí hacerlo con tres madejas huérfanas que no por eso dejaban de combinar super bien. Muy contenta con el resultado.



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Y también con restos y alguna madeja huérfana hice este echarpe diseño de Joji Locatelli. Compré el patrón cuando salió porque me pareció muy bonito y me puse a tejerlo sin demasiada seguridad porque me costaba imaginarlo con un color claro que no fuera el blanco. Mientras lo tejía no estaba demasiado convencida del resultado, pero al finalizarlo, bloquearlo y usarlo se han disipado todas las dudas. ¡Es tan amoroso y suave, además!










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Y hasta aquí todo lo que os quería contar. La próxima entrada, en el nuevo año.

2 comentarios:

Mari paz dijo...

Todos los trabajos muy bonitos.un beso

Candela dijo...

Muchas gracias!!