viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Otoño? Really?

Según el calendario, el hombre/la mujer del tiempo, los astros y no sé cuántas cosas más, estamos en otoño. Pero hoy, sin ir más lejos, hace una calor en Barcelona de volverse loco. Conforme me voy haciendo mayor (¡ay!) me gusta cada vez más el frío y menos el calor; supongo que tiene mucho que ver el conjunto de piezas que tejo para combatirlo y que quiero lucir. Aunque pensándolo bien, no está nada mal esta temporada en que no hace demasiada calor de día (no como hoy, ese calor-sopa-bochorno de esta ciudad), puedes disfrutar de la playa (septiembre es su mejor mes) y por la noche te echas una mantica por encima. Mirad cómo estaba el mar a principios de semana.
Una piscina, el infierno de los surferos.

Como cada verano, cuando llega a su fin, mi santo y yo nos lanzamos a la montaña en busca de moras para hacer mermelada y otras dulzuras. Este año, la cosecha ha sido más bien pingüe: por un lado, los forestales se han cargado un montón de zarzales para evitar la propagación de posibles fuegos y por otro, el día que fuimos, tenían tomada la montaña los cazadores por "Batuda de senglars" ("Batida de jabalíes") Así que no pudimos adentrarnos mucho por nuestros oráculos moriles por miedo a las escopetas de aquellos seres cargados de sensibilidad, humanidad y un largo etcétera de virtudes. ¿Dónde están los anti-taurinos cuando los necesitas? Aquí os dejo un breve reportaje del día de autos y de parte de los resultados.




Y vamos a la parte tejeril: Un cuello hiper-calentito, con unos ovillos de una bulky dulcísima que compré en Londres hace dos años:

(Sí, debajo del cuello no llevo nada, qué queréis, era el mes de agosto)
Más info, aquí.

Y un gorro de una de esas revistas de "Jane Austen knits". Qué fantásticas, lástima que no hayan sacado más.




Más info, aquí.

Ahora, a esperar que llegue el frío.