miércoles, 1 de agosto de 2018

Proyectos diversos

Por más que me proponga actualizar el blog con más asiduidad, no lo consigo. Me sumo a la tendencia de descuidar este medio en favor de otros más inmediatos y facilones, léase Instagram. Tampoco leo otros blogs como leía antes, casi que he dejado de hacerlo por completo, excepto algunas raras excepciones que todavía me seducen. Por otra parte, tampoco quiero dejarlo del todo, darlo por terminado y no volver a trabajarlo nunca más. Se está imponiendo la opción de ir creando entradas de muy largo recorrido. Así parece que me cunde muchísimo, y no es así; desde la última entrada han pasado seis meses, medio año, así que todo lo que publico es poco, seguro que podría haber hecho más. Anyway, éste está siendo mi Annus horribilis, parafraseando a Elizabeth, así que ya me doy por satisfecha con lo que os enseño. Para más producción, me tendré que esperar a la jubilación...
Vamos al lío, y por orden cronológico (aunque quizá no es muy fidedigno, han pasado tantas lunas...)
Vi este unicornio hecho por su creadora original y esperé ansiosamente hasta que sacó el kit con patrón y lanas. Yo no soy de unicornios, la verdad, pero me pareció una monería. Tengo pendiente modificar el patrón para hacer un burro, que de burros sí que soy.



Info, aquí.

En marzo me escapé con unas amigas tejeriles a la feria de Edimburgo. No hay palabras para describirlo. Viví lo que yo llamo el síndrome de Pompeya, porque me allí me pasó lo mismo: no poder parar de mirar y ver y descubrir y disfrutar aunque las condiciones no fueran las más adecuadas. Todo por la causa. Tampoco es que me volviera loca con las compras, pero algo hice. Ahora a esperar el Barcelona Knits Festival, a ver qué tal.
Una amiga cumplió 60 años y dado que se acaba de comprar una finca con sus frutales y su huerto y está como loca con sus frutas y hortalizas, le tejí una bolsa de lino para transportarlas.

Info, aquí.

Mi primer proyecto de puntos deslizados, o Mosaic Knitting. Una técnica sencilla y que queda muy bien. Aunque quizá no estuve muy acertada en la elección de la lana de contraste.


Info, aquí.

No tengo un stash escandalosamente grande, es muy moderado, y lo guardo en una cesta de mimbre que está en mi casa desde hace más de 20 años, yo soy muy apegada a los objetos y cuando compro algo es porque realmente me gusta, así que se queda for good. Esa cesta está en el suelo y nunca he tenido problemas con parásitos que atacaran mis madejas (toquemos madera) pero sí con los malditos pececillos del papel que se comían mis etiquetas. Así que decidí hacer un forro para la cesta. Muy básico y a ver si funciona, si no, ya tomaremos medidas más cuidadosas.


Con una lana que compré en Loop hace mucho tiempo y que siempre pensé que iba a ser para un chal, me hice un cardigan muy conocido, el Featherweight. Las fotos son bastante penosas, pero ese día estaba malita y ya no hubo más días para poder ponerse algo de alpaca, por finito que fuera.

Info, aquí.

¿Cómo podía yo haber vivido sin saber que existía ésto? Un cojín de sastre ( no un cajón de sastre), artilugio que te permite ir planchando mientras coses sin necesidad de tener que sacar la madera de planchar. Un hallazgo.

Con una de las lanas que traje del Edinburgh Yarn Festival hice este chal que no tiene nada, sólo permite que los colores se luzcan tranquilamente. A mí me recuerdan una enorme mata de hortensias rosas en flor.

Info, aquí.

Descubrí una tienda de telas sensacional y compré varias cosillas. Un lino de rayas con el que me hice una falda y unos pantalones de pijama (a contrahilo, no tenía más pero aquí no se tira nada) Cómo mola el lino aunque se arrugue sólo con plancharlo.


Un clásico de cada verano, hacerme un bolso porque no tengo apenas ninguno. Este año de color azul marino.


 Más lino, señores. En esta ocasión, un vestido suelto, rollo premamá o tienda de campaña.


Y otro capricho del estilo del unicornio. Again, no es que sea yo de sirenas, pero vi estas de Tilda y de repente me nació la necesidad de tenerlas y hacerlas. E hice dos, ya puestos...

Otro chal hecho con una madeja de EYF. Otro lucimiento de la lana en un patrón sencillo que llevaba años en la lista de espera.



Info, aquí.

Tengo un par de cosas más acabadas con lanas de Edimburgo, dos proyectos preciosos y está feo que yo lo diga. Pero sin bloquear, así que quedarán para la próxima entrada. 
No sé si felicitar las fiestas por si acaso...