domingo, 19 de enero de 2014

27 horas...

... son las horas que, como mínimo, necesitaría para cada uno de mis días. Esas tres añadidas las dedicaría a hacer las cosas que quiero hacer y que, al ser prescindibles en teoría, dejo de hacer cada día. Todas las noches la misma historia: quiero quedarme un buen rato despierta, hasta las 2, por ejemplo, para esas cosas, que básicamente son tejer y leer, pero no puede ser, porque al día siguiente me levanto a las 6, y si me quedo, estaré hecha un guiñapo por la mañana. Como los niños, me voy a dormir haciendo pucheros, muerta de sueño, pero haciendo pucheros.
En fin, qué se le va a hacer. Aquí presento un chal que en principio era sencillo pero que se me atravesó y me dio su guerra. Regalo para alguien que está pasando momentos duros:



Más datos, aquí.

Y un cuello. Deshice uno que había hecho tiempo atrás porque no me gustaba y he aquí el nuevo resultado:

Más datos, aquí.