viernes, 9 de diciembre de 2011

Le hice un chal a una amiga y me enteré de que cuando sus hijas lo vieron se lo querían arrebatar, así que pensé, "nada, esto me pongo yo y en dos patás les hago un chal pequeñito a cada una, sencillo, y todos contentos." Ja. Poco me imaginaba yo lo que se me iba a complicar la cosa. Empecé por el de la derecha y cuando ya lo había acabado y cerrado, me di cuenta de que había un error de principio que convertía aquello en una forma muy poco de chal. Deshaz y vuelta a empezar. Y el de la izquierda, pues cuando ya estaba casi acabado, mi Roomba le paso por encima. Un atropello, sí señor. Con cuidados intensivos lo pude recuperar. Ahora ya están listos para empaquetar y salir hacia sus nuevas dueñas. De verdad que parecía aquella peli de Terry Gilliam sobre el Quijote.


También les he hecho unas pulseritas:




Y, cambiando de tema, ayer hice un pastel de queso, sin lactosa, con salsa de moras que quita el sentío, aunque esté feo que yo lo diga.



3 comentarios:

Rosa Giralt dijo...

Tot i els accidents el resultat ha estat fantàstic i el pastís de formatge té una pinta que donen ganes de donar-li una mossegada a la pantalla.
Una abraçada.

Laia dijo...

Ya le vale a la Rumbita, pero han quedado muy bien ;)
El pastís....mmmmmmmm.

MJ dijo...

niña, lo del roomba me ha matado, debe de ser como mi hijo pequeño pero en aspirador...

la tarta tiene una pinta regia. ñam, ñam..