La primera vez que vi una chaqueta de este
estilo me gustó muchísimo y decidí que algún día me haría una. Me refiero a
este estilo: (Shelley Mackie para elann)
El caso es que quise hacerla con una Drops
Delight. Los colores me sedujeron enormemente y me compré 10 ovillos a tal
efecto.
Ya lo tenía todo, la lana y las ganas, que
eran muchas. El modelo estaba hecho con una lana más gordita que la que yo había
elegido, así, que me iban a tocar millones de puntos. Pero ahí iba yo,
entusiasmada.
Así que empecé a leer el patrón y la primera en la frente. Había que iniciar la labor con unas cuantas agujas de doble punta y en circunferencia. Las agujas de doble punta no son mi fuerte en absoluto, y, consciente de mi torpeza, empecé. Como dirían en México, ni madres, no había manera, me quedaba mal, no me gustaba. Por primera vez, ya lo dejé hibernando. El caso es que un día, concretamente el 4 de junio del 2013, fui a hacerme una prueba médica de la que salí, no a rastras, porque salí andando, pero gritando taxi desde la puerta de la clínica. Al llegar a casa me dije “si he superado ésto, tengo que superar el cast-on de la chaqueta” Y lo saqué.
Así que empecé a leer el patrón y la primera en la frente. Había que iniciar la labor con unas cuantas agujas de doble punta y en circunferencia. Las agujas de doble punta no son mi fuerte en absoluto, y, consciente de mi torpeza, empecé. Como dirían en México, ni madres, no había manera, me quedaba mal, no me gustaba. Por primera vez, ya lo dejé hibernando. El caso es que un día, concretamente el 4 de junio del 2013, fui a hacerme una prueba médica de la que salí, no a rastras, porque salí andando, pero gritando taxi desde la puerta de la clínica. Al llegar a casa me dije “si he superado ésto, tengo que superar el cast-on de la chaqueta” Y lo saqué.
Era el proyecto perfecto para las quedadas, porque no requería ninguna atención. Y punto a punto, llegué a ésto.
Siete ovillos gastados y lo que queda de
los tres que veis. Una manga casi
acabada. Los cambios de color son cada vez más cortos porque vamos ampliando
las vueltas. El caso es que sé que no me la voy a poner, así que después de
darle mil vueltas decido deshacerla y buscar otros proyectos para esta lana.
Deshacer tiene su miga. Son muchos metros y hay que sanear esa lana que lleva
tanto tiempo tejida, pero estoy convencida que va a valer a pena ese trabajo
para dar lugar a otros proyectos que sí que voy a aprovechar.
Todo listo para empezar a deshacer:
y empieza, pues, la tarea de deshacer. Va a
ser tedioso y cansado.
Una obra que va avanzando conforme
retrocede.
Llegamos a dimensiones tan pequeñas como
ésta:
Escurriéndose en la ducha:
Os mantendré informadas.